LA LLAVE DE ENTRADA A ONIRIA

Las consecuencias de los tres pilares: MEDITACIÓN, RECAPITULACIÓN Y ENSUEÑO.
Los tres pilares fundamentales se unen para darnos la llave que abre la puerta al ser.

  • Impresión de ilustración hecha a bolígrafo y pigmentos al agua.

23,00 27,84 

El poder del simbolismo es considerable, depende tanto de la intención que le pongamos como de la atención que le prestemos.
Somos programados a través de la manipulación de símbolos, que son neutrales hasta que les infundimos intención.

La meditación es el cimiento fundamental, una vibración, una serie de frecuencias emergen del ser que nos permiten abrir las puertas hacia un infinito de experiencias (el ser en el centro del mandala, la vibración).

La memoria, una entidad mal comprendida en su totalidad. La práctica de la recapitulación nos otorga la oportunidad de liberarnos de información dañina e innecesaria.
Disolver los enredos de la red de percepción que da forma a nuestra historia personal, al personaje que guía nuestra vida (los elefantes, mi representación simbólica de la memoria, uno a cada lado, los dos hemisferios cerebrales conectados con el movimiento y la respiración).

Mediante la meditación y la recapitulación obtenemos la llave que abre la puerta al ensueño, a la pequeña muerte, al acceso inicial a otros mundos, para sumergirnos gradualmente en un conocimiento infinito, una experiencia pura del SER (el cráneo como símbolo de la pequeña muerte).

El ojo que todo lo observa. Este símbolo siempre se nos presenta, el gran hermano, el ojo illuminati sobre la pirámide.
Son engañosos impostores que nos arrebatan nuestro gran poder. Una vez iniciamos estas prácticas, nuestro ojo simbólico de imaginación creativa y creadora se despierta.
Es este el gran temor de los impostores que usan estos símbolos para alejarnos de nuestra esencia, separarnos, dividirnos y engañarnos. Nos roban la atención y la dirigen hacia banalidades y superficialidades que nos distancian de nuestro propósito en esta experiencia.